El estrés es un proceso que se origina cuando las demandas externas e internas se perciben superiores a las capacidades personales. Es decir, creemos no tener estrategias para afrontar situaciones difíciles (exigencias en el trabajo, con la pareja, hijos, etcétera) y pensamos que no podemos cumplir con lo que nos piden, que es imposible o muy difícil.
Esta lucha donde no consideramos tener las herramientas para afrontarlo puede dar como resultado cambios biológicos y emocionales, que a su vez pueden ser causantes de enfermedades.
Estrés agudo y estrés crónico.
La distinción de estrés agudo y estrés crónico consiste principalmente en que el primero es momentáneo y sus reacciones están limitadas al factor tiempo; las reacciones del estrés crónico perduran aún cuando la duración de los estímulos estresantes ya no se encuentren presentes.
Entre los síntomas de estrés crónico que podemos presentar están: Tics, temblores, contracturas, tensión, hiperventilación, úlcera péptica, colon irritable, colitis, gastritis, disminución de deseo sexual, impotencia, hipertensión, taquicardia, migraña, por mencionar algunas. Así que, si llevas una constante o mucho tiempo con alguno de estos síntomas, es probable que el estrés este afectando tu salud más de lo que piensas.
A grandes rasgos, cuando el estrés está afectando tu vida, podrás identificar problemas en tres áreas:
- Conductas y actitudes, por ejemplo, comer en exceso o comer menos; arranques de ira; abuso de alcohol; consumo de tabaco; retraimiento social; insomnio o sentir que no descansas, entre muchas otras.
- Manejo inadecuado de emociones. Quizá te sientas ansioso, agitado, fatigado, con falta de motivación o concentración, irritable, e incluso, triste.
- Creencias irracionales, pensamiento alterado. Por ejemplo, creer que tenemos el control de todo lo que sucede a nuestro alrededor; basar las conclusiones solamente en lo que pensamos; anticipar circunstancias terribles sin tener suficiente evidencia; pensar que el estrés afectará cada esfera de nuestra vida y no habrá marcha atrás, etcétera.
Toma en cuenta que el estrés es interdependiente de las emociones; es decir, cuando una emoción está presente a menudo también se produce el estrés y viceversa; por lo que, un problema emocional puede ser resultado del proceso de estrés.
El estrés puede conducir a la ansiedad y depresión, agotamiento o enfermedades psicosomáticas (te dejo links para que conozcas más de estos temas) y en consiguiente deterioro en la calidad de vida.
Conocer cómo funciona el estrés y su relación con nuestras emociones nos ayuda a tener un mejor entendimiento de cómo es que nuestra mente funciona.
En psicoterapia aprendemos a manejar el estrés y las emociones para así poder vivir una vida con mayor bienestar, donde lo que haces, sientes y piensas sean saludables y alineados a tus objetivos.